En general, el plazo para pedir el paro es de 15 días hábiles (no se cuentan sábados, domingos ni festivos) desde la fecha del cese en el trabajo, sea cual sea su causa (despido, finalización de contrato, etc…) salvo por cese voluntario del trabajador.
Sin embargo, algo muy frecuente es que al terminar el contrato, el trabajador no haya disfrutado todas o parte de sus vacaciones y la empresa decida pagárselas en la liquidación y finiquito. En ese caso, el plazo de los 15 días para pedir la prestación comienza a contar no desde la fecha del cese, sino al finalizar el último día de vacaciones.
Por lo tanto, el trabajador no se encontrará en situación legal de desempleo hasta que hayan transcurrido esos días de vacaciones que comentamos.
Este período deberá constar en el Certificado de Empresa, se computará como días cotizados y al trabajador se le considerará en situación asimilada a la de alta mientras lo disfruta.